Vacaciones y autismo: Un momento de descanso y de nuevos desafíos

Las vacaciones se presentan como un momento de descanso, como un freno a las actividades diarias y a las exigencias y como una oportunidad para conectarnos con otras cosas y personas. Para las familias con niños pequeños y para las familias con niños con autismo es un momento de darle un alto al madrugón, las corridas, el colegio y en muchos casos a las actividades extraescolares y/o terapias. Cuando llegan las vacaciones de invierno o verano se llega luego de algunos balances y aprendizajes y las vacaciones también son un tiempo para pensar, reorganizar y resetear.

El tiempo en familia, los viajes, los amigos, cambiar la rutina, conocer lugares nuevos y comer afuera, pueden ser parte de las expectativas de una familia cuando inicia las vacaciones. En la mayoría de los casos hay padres y hermanitos que también necesitan y buscan con ansias ese descanso, pero… ¿vacaciones significa para todos lo mismo?

No. Ante el abanico de posibilidades que suscitan las vacaciones, hay una cosa clara, este cambio de rutina puede ser un aire para muchos, pero un desafío y un gran factor de disrupción para una persona con autismo.

Desafíos de las vacaciones

  • Cambios de rutina: Si hay algo que cambia durante las vacaciones son las rutinas, los horarios de levantarse y acostarse. Muchos niños ven interrumpidos sus hábitos, siestas, rutinas anticipatorias. Esto altera a los niños en general y es normal ver como los primeros días de vacaciones pueden estar un poco más irritables hasta que se acomodan. Los niños con autismo sufren aun más estos cambios. Muchos de estos hábitos, como el buen dormir ya les era un desafío y en momento de vacaciones puede verse exacerbado aun más provocando crisis, irritabilidad y ansiedad.
  • Cambio de espacio: cuando las vacaciones implican un viaje, el cambiar de casa, cuarto, cama, baño, etc….es parte del recorrido y placer vacacional. Los niños suelen disfrutar descubrir nuevos espacios, cambiar de cuarto por un rato y descubrir nuevos rincones. Y esto también puede suceder en niños con autismo. Lo que no ha de olvidarse es que estos cambios de contexto pueden ser fuente de estrés para ellos. A veces se manifiesta claramente en los niños, otras no.
  • Cambios de alimentación: La alimentación, capítulo difícil en autismo. La selectividad alimentaria suele ser una de las cuestiones asociadas a este hábito y flexibilizar en materia de alimentos es un desafío enorme. No requiere mayor complicación si al viajar la familia se traslada a una casa, pero si se complica cuando las vacaciones son en un hotel o implica salir a comer afuera. Los niños suelen ver acentuada su selectividad frente a momentos de estrés y lograr que coman los mismos platos de siempre preparados de manera distintas puede ser complejo.
  • Cambio de personas: las vacaciones pueden implicar programas con otras familias, amigos y grupos mas grandes de gente. Otras veces, incluso puede implicar convivir con otros. 

Todos estos ítems y otros más encienden las luces de alerta en muchas familias de personas con autismo. Las vacaciones empiezan a tener un doble sabor. 

Buscar estrategias que permitan un mejor afrontamiento de estos temas se hace importante, para la salud mental del niño y de toda la familia. 

Algunas consideraciones como regla general que siempre ayudan:

  • Anticipación: poder anticiparse, contrale al niño a dónde se viaja, incluso se le pueden mostrar fotos del lugar y de detalles que puedan resultarle importantes a él. 
  • Cronogramas: El uso de cronogramas y agendas para anticipar el viaje o incluso las actividades de los días, o los cambios de planes pueden ser de mucha ayuda.
  • Objetos de transición: frente a los cambios, poder pensarse que elementos lo ayudan a sentirse en casa, mantener la calma y regularse. Puede ser una manta de peso, una almohada o incluso una hamaca que pueda transportarse. 
  • Tiempos de time-out: Frente a las actividades que impliquen estar con mucha gente, estar atentos al niño, su estado de ánimo, desregulación, estereotipias, etc. Así, evaluar cuando buscar un “tiempo fuera” en el que pueda descansar de tanto impacto social si es que lo necesita.
  • Pensar previamente que rutinas vamos a resignar y cuales vamos a cuidar y dar prioridad: hay rutinas que pueden flexibilizarse y otras que, de hacerlo, como una siesta o horario de dormir, pueden ser muy disruptivas. Elegir las batallas en consecuencia.

Planificar las vacaciones familiares es un desafío y pensar estas cuestiones anticipadamente puede permitir que la dinámica fluya mejor, que el disfrute sea para todos y que todo el esfuerzo y el momento no se vean opacados por cuestiones que pueden anticiparse. Todo lo otro, será parte de la aventura…

Escribinos

Si tenes dudas o consultas completá el siguiente formulario. Te responderemos a la brevedad.

Error: Formulario de contacto no encontrado.