Un camino hacia el registro del cuerpo y los sentidos
La integración sensorial es un tratamiento abocado a ayudar a las personas que poseen desafíos en la interpretación y organización sensorial, es decir de la información proveniente de los sentidos. Los sentidos (oído, gusto, vista, tacto y olfato) sumados a la intercepción y a la propiocepción brindan información a nuestro cerebro que este debe decodificar y organizar. El registro corporal y el umbral de nuestros sentidos son elementos fundamentales que nos permiten manejarnos en as actividades de nuestra vida diaria.
Muchas veces, las personas poseen cierta dificultad en esta área, o mismo presentan una hiper o hipo sensibilidad en alguno de estos sentidos, o cierta dificultad en el equilibro, o el registro y la coordinación corporal.
Las dificultades en la integración sensorial son frecuentes en diferentes casos como el autismo, el Trastorno General de desarrollo, síndrome de Down, trastorno por déficit de atención, etc.…pero también puede darse aisladamente como “Trastorno de integración sensorial”.
Estas dificultades han de ser trabajadas puesto que pueden obstaculizar el desarrollo del individuo y perjudicar su desempeño, su estado de ánimo y consecuente autoestima.
La terapia ocupacional
Cuando un niño o un adulto acude a consulta por dificultades en el procesamiento es un terapeuta ocupacional es el profesional idóneo para realizar una correcta evaluación y planificación del tratamiento que resulta adecuado en cada caso. La terapia de integración sensorial tiene como objetivo fortalecer el registro del cuerpo y la organización de los sentidos. Esto se lo logra a través de la exposición gradual, repetida y planificada a diferentes estímulos sensoriales de manera de aumentar el registro corporal y la decodificación cerebral.
Estrategias para su abordaje
Las estrategias en las terapias de integración sensorial son variadas, tan variadas como son los sentidos y cada niño. Pueden incluir intervenciones y elementos tan sencillos como exponer gradualmente a un niño a diversos materiales táctiles: como espuma, pintura o más. Pelotas de diferentes grosores, matices y texturas, cepillos, esponjas. También sonidos, olores, etc….
En las sesiones de terapia ocupacional de “integración sensorial” muchos otros elementos pueden ser de gran ayuda para la integración de cuestiones más gruesas en lo motriz, que permiten fortalecer y aumentar el registro y el equilibrio corporal. Desde sogas para colgarse o trepar, peldaños, colchonetas, pelotas gigantes, pequeñas pesas o las clásicas hamacas y saltarinas.
Porque se utiliza tanto en la Condición del espectro autista
La integración sensorial suele ser unos de los grandes desafíos en la condición del espectro autista. Ya sea por los sonidos, la aversión a las luces muy fuertes, la hiper o hipo sensibilidad a ciertas texturas y alimentos o ciertas dificultades en la coordinación de la motricidad fina o gruesa.
Por sobre todas las cosas, trabajar la hipo o la hiper sensibilidad, favorece la adaptación y la exposición del niño a diferentes situaciones de la vida diaria que le pueden resultar desafiante o limitantes.
Tan es así que muchas de estas estrategias pueden ser aplicadas en otros entornos de la vida del niño llevando muchas de estas adecuaciones a estrategias para el aula el recreo y el hogar de cada niño. Muchos profesores han incorporado materiales sensoriales, hamacas o bandas elásticas para las piernas inquietas en el aula entre otras cosas.
La terapia de integración sensorial es una herramienta muy útil que puede ser utilizada en diversidad de casos. Dirigida por un terapista ocupacional especialista en el tema, esta terapia puede ser un gran complemento a las otras terapias y puede favorecer enormemente la calidad de vida del niño.