El trastorno por déficit de atención se puede dar con o sin hiperactividad. Es un trastorno que en la actualidad es cada vez más detectado y afecta a muchas personas. Sus repercusiones en la vida adulta empiezan de a poco a hacerse visibles y a comunicarse. Es fundamental resaltar la importancia de su diagnóstico inicial y del impacto que puede tener en la vida de las personas y en la vida no solo de los niños sino también en atender qué pasa con el trastorno por déficit de atención en la vida adulta. Cómo nos afecta, cómo nos impacta y que herramientas y estrategias implementar para convivir con un trastorno que no se cura pero que se puede sobrellevar estratégicamente.
El trastorno por déficit de atención (con o sin hiperactividad) TDAH
El trastorno por déficit de atención se define como un trastorno del neurodesarrollo que afecta nuestra capacidad atencional y la posibilidad de regular de manera adecuada. Se puede definir por a presencia de tres síntomas cognitivos principales:
1) Alteraciones en la atención: Este es el síntoma más característico y conocido del trastorno por déficit de atención. Tiene que ver con la incapacidad de regular el foco atencional, de prestar atención a estímulos del entorno y de sostenerla más allá de un tiempo determinado. También es frecuente lo que se conoce como el “hiperfoco” y es el exceso de atención en estímulos puntuales, sobre todo cuando la motivación sobre ellos es alta. Esto hace que el sujeto quede enfrascado en dicha actividad sin poder cortar la atención en eso cuando el entorno lo demanda. Lógicamente la atención se ve influenciada por lo motivacional, el aburrimiento y el estrés.
2) La hiperactividad: La hiperactividad a la que se refiere la bibliografía de este trastorno puede tener que ver con lo motor, pero también con lo mental. Es una actividad excesiva e incesante del discurrir mental que irrumpe y molesta, dándole la sensación de no poder parar y de interrumpir las actividades en las que intenta hacer foco.
3) Dificultad en la regulación apropiada y control de los impulsos: Es muy frecuente en el trastorno por déficit de atención la regulación apropiada y el control de los impulsos. Suele observarse conductas explosivas, impulsivas y cierta labilidad emocional.
La vida diaria del adulto
La vida diaria presenta desafíos si partimos de la base de estos síntomas recién mencionados. Las dificultades en sostener la atención, sostener una actividad, poder cambiar el foco de atención, el constante discurrir de ideas, el no poder parar sumados a la labilidad emocional e impulsividad. Todo este combo que se da en mayor o menor medida en cada sujeto tiene un impacto emocional, social, cognitivo y laboral.
La lucha silenciosa
“La lucha silenciosa” es un libro que detalla una sucesión de estrategias para sobrellevar el TDAH en la vida adulta. Brinda herramientas de aceptación, autoconocimiento y autocontrol. Escrita por William Ross esta guía busca también concientizar sobre lo que no se dice de la vida adulta de este trastorno, cómo se sobrelleva en silencio y el impacto emocional que puede atender no escucharlo.
Estrategias y consejos prácticos en la vida adulta
Con un fuerte foco en la autoaceptación y autoconocimiento también hay algunos consejos prácticos que se pueden tener en la vida adulta:
- Las agendas y la organización. Enfatiza la importancia de la planificación continua, consistente y realista de los días y semanas en las que se encuentran nuestras actividades.
- El registro de las propias motivaciones.
- El registro de los destructores.
- Procurar reducir ruidos y distractores cuando atendemos una tarea que requiere más de nuestra atención.
- Programar descansos.
- Mindfulness.
- Encontrar actividades que nos ayuden a reducir ansiedad e impulsividad.
- Trabajar conscientemente la gestión emocional y las relaciones sociales.
- Buscar una red de apoyo