
Una práctica benéfica para todos
¿Puede el mindfulness ser positivo para las personas con autismo? ¿Es aplicable? ¿Qué beneficios trae? La práctica del mindfulness ha crecido exponencialmente en los últimos años. En los tiempos modernos en donde vivimos hiperconectados y acelerados reconectar y hacer foco en el presente se volvió cada vez más importante y a la vez más difícil de lograr. Las redes, las exigencias de la vida diaria, laboral, académica y social nos vuelven seres interconectados continuamente. Las redes sociales nos desplazan a otros lugares, reales o no y nos sacan de foco continuamente.
En las últimas décadas las tasas de ansiedad y depresión también fueron en aumento. Las personas cada vez más conectadas, se sienten solas. Aumentan los síntomas asociados a la ansiedad y a la depresión y gran parte de la población manifiesta sentirse “solo”.
A su vez, esta es una tasa que ha ido en aumento en niños expuestos a la tecnología cada vez desde edades más tempranas, con los consecuentes problemas en la sociabilización y aprendizaje. Acarreando dificultades en el control de impulsos, tolerancia a la frustración, irritabilidad, alteraciones en el sueño, etc.
¿Qué es el Mindfulness?
El Mindfulness es una practica que apunta a conseguir la atención plena de un sujeto en el aquí y ahora. A través de diferentes ejercicios diarios de meditación, se busca que la persona, adulto o niño, pueda ir aumentando su estado de conciencia en el aquí y ahora. Lo que se busca es aumentar el registro de la persona de la realidad que lo enmarca, en el tiempo y el espacio presentes, despojándose de todo juicio de valor.
Si bien es una practica antigua vinculada al budismo, es desde hace cincuenta años que su práctica empezó a usarse más frecuentemente. Desde el ámbito de la psicología, fueron realizándose diversos estudios y sentando prácticas de aplicación para diferentes cuestiones con resultados comprobables y medibles. Entre ellos, en el autismo y otros trastornos del neurodesarrollo.
¿Cómo se aplica el mindfulness en el autismo?
El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que afecta principalmente las áreas de comunicación e interacción social del individuo. Los intereses restringidos e hiperfocalizados son uno de los síntomas distintivos en el diagnóstico. Muchas veces como resultante de estas primeras, otras como cuestiones de base. Pero la ansiedad, dificultades en el control de los impulsos y la dificultad en el registro emocional se hacen presentes. Por tal motivo, el mindfulness se vuelve una práctica interesante que permite trabajar estas cuestiones.
Parte del trabajo consiste en la respiración, en la meditación y en el registro de las emociones propias. Sin juzgarlas, aprendiendo a entender dónde se localizan y cómo manejarlas. En los casos de personas con TEA esto se vuelve de gran ayuda porque impacta en su gestión emocional, control de impulsos y en su vinculación y comunicación con otros.
También, es una herramienta que se aprende e incorpora para volver a la calma y regularse en los momentos de meltdown.
¿Cómo impacta?
Diferentes estudios demuestran que los niños y adultos que realizan estas prácticas presentan una mejora en su calidad de vida, emocional y rendimiento académico.
- Mejorar los niveles de atención
- Induce a una mayor concentración
- Favorece el aprendizaje del control de los impulsos
- Ayuda a mejorar el registro y manejo de las emociones
- Reduce los síntomas asociados a la ansiedad
- Reduce los síntomas asociados a la depresión
El mindfulness puede brindar muchos beneficios a las personas del trastorno del espectro autista. Se trata de incorporar un habito y una herramienta que mejora la calidad vida, el estado de ánimo y mejora la autoestima. Hacerse presente en el hoy, tomando control de nosotros mismos, nuestra realidad y las emociones.