Los hábitos resultan de vital importancia para la salud física y emocional de las personas. Una buena alimentación y un buen dormir, sumado con la actividad física, entre otras, son aspectos centrales sobre los cuales se apoya nuestro funcionamiento ulterior y bienestar general. Esta estimado que el 10 % de la población padece alteraciones en el sueño, y cuando hablamos de población neurodivergente esta cifra es aún mucho mayor.
¿Qué es el sueño?
El sueño es una función corporal y cognitiva central, mediante el cual el organismo logra descansar y reposar a partir de la desconexión consciente del mundo circundante. Es decir que en el proceso de dormir se suprime la conexión sensorial con el entorno, así como la motricidad. La conciencia ve su umbral disminuido, lo que permite llegar a las diferentes etapas del sueño. Se trata de 5 fases puntuales en las cuales el sueño va variando desde su fase más inicial, la conciliación, hasta pasar por las restantes en donde la actividad cerebral va cambiando.
¿Cuál es su la función del sueño?
- Eliminar residuos y toxicidad del cerebro, siendo una fuente de prevención fundamental para enfermedades neurodegenerativas.
- Fijar los aprendizajes del día.
- Durante el dormir se activa la hormona del crecimiento.
- Se activa la reparación celular a nivel del cerebro y a nivel general, siendo una gran fuente de mejora y recuperación de todo el organismo.
- El buen dormir favorece la generación de defensas que previenen las enfermedades.
- Repercute en la salud mental general y el bienestar.
- El descanso permite sostener un nivel de alerta adecuado al día siguiente, estado anímico y aprendizaje.
¿Que son las alteraciones del sueño?
Las alteraciones del sueño son las distintas situaciones que se dan que interrumpen o dificultan el acto de dormir en cualquiera de sus etapas, ya sea en su conciliación, mantenimiento o despertar. Cada etapa y cada fase del sueño tiene una función especifica para el organismo y su alteración produce consecuencias que impactan negativamente para el individuo.
El TEA y las alteraciones del sueño
En el trastorno del espectro autista la prevalencia de alteraciones del sueño es el doble que en cualquier niño neurotípico. Incluso, hay diferencias con respecto a niños con otras afecciones del neurodesarrollo.
- Es muy común que los niños con TEA encuentren gran dificultad para conciliar el sueño llevándole en algunos casos mucho tiempo.
- La dificultad para sostener el sueño también es muy marcada.
- Son frecuentes también las apneas del sueño, definidos como lapsos de tiempo en los que el individuo deja de respirar al dormir, seguidos por una fuerte inspiración. Lógicamente con el deterioro físico y cognitivo que va generando a lo largo del tiempo.
Repercusiones de un mal dormir en niños con TEA
- Inflexibilidad aún mayor.
- Comportamientos repetitivos en aumento.
- Aumentan las dificultades en la sociabilización.
- Repercuten negativamente en la atención y el aprendizaje.
- Aumentan los niveles de ansiedad y estereotipias.
Posibles intervenciones al tema
- Como muchas de las actividades en la vida de personas de la condición del espectro autista, la anticipación es fundamental. Asignar pasos, orden e incluso pictogramas al momento y los pasos previos al dormir pueden resultar útiles y reducir los niveles de ansiedad favoreciendo un mejor sueño y conciliación.
- Las condiciones ambientales como la temperatura del cuarto, los ruidos y la luz, aparte del tipo de ropa de cama utilizados también pueden ser de gran ayuda. Son cuestiones básicas que repercuten en cualquier individuo y más aún en personas con TEA en donde el umbral hacia los estímulos es mayor.
- La rutina, el tipo de alimentación previa al acto de dormir, el evitar el uso de pantallas y el mantener un horario regular para acostarse son factores que contribuyen con una buena higiene del sueño.
Existen estudios más específicos médicos como la polisomnografía, que permitirán indagar más sobre el tema y evaluar otras decisiones o intervenciones más específicas de ser necesarias. No obstante, es fundamental ser conscientes de su impacto en la calidad de vida y el desarrollo y en cómo con pequeños hábitos se puede mejorar, aunque sea un poco, su calidad.