Herramienta para la intervención y evaluación temprana
La atención y la intervención temprana se hace fundamental en la evolución de las personas. Resulta ser que los humanos, como el resto de las especies, vivimos lo que se llama un período crítico. Una ventana en el crecimiento que tiene un enorme potencial e impacto en nuestro desarrollo futuro a corto, mediano y largo plazo. Y así como el diagnóstico temprano es clave, también lo es la intervención temprana. El modelo Jaspers es una herramienta para la evaluación e intervención temprana de los niños, especialmente para los niños diagnosticados dentro del trastorno del espectro autista o trastorno generalizado del desarrollo, entre otros.
Este modelo fue creado en los Estados Unidos por la Dra. Connie Kasari de la UCLA y desde ya si su adhesión ha ido en aumento.
Ejes principales:
El modelo Jaspers se basa en tres ejes principales:
- La atención conjunta: Se enfoca en desarrollar la capacidad del sujeto, del niño en evolución, de sostener una atención compartida con otros. En una actividad conjunta con otros, cooperamos y atendemos al mismo foco. Podemos atender todos a la pelota mientras no la pasamos. Atentos a ella, a sus movimientos y los movimientos de los otros que nos anticipan como adecuar nuestra conducta.
- Juego simbólico: El juego simbólico constituye un aspecto central en el crecimiento del individuo. Poder generar representación y situaciones “como si” que generan flexibilidad y alternativas que nos brinda el entorno. Construir la imaginación, la creatividad, la comunicación, la flexibilidad, la anticipación, entre otros.
- Compromiso: el vinculo con la actividad, la participación y la motivación.
- Regulación: la regulación esta directamente relacionada con la ansiedad y las emociones en conductas adecuadas y sanas para el niño.
El modelo Jaspers apunta a través de estos ejes y a partir de diferentes herramientas ir evaluando el progreso del sujeto. También, muy emparentado con el análisis aplicado, realiza un trabajo a fondo junto con los padres del niño bajo intervención. De manera de ir logrando una estrategia sólida y contingente en la vida diaria del niño.
El valor de la comunicación:
Desde la atención conjunta y el juego simbólico se apunta a conectar con el niño. A favorecer la mirada y a desarrolla la comunicación social y el lenguaje. La comunicación, tanto expresiva como receptiva es fundamental en la vida del niño.
La posibilidad de decodificar la mirada del otro, los sonidos, los gestos, es el primer paso. Luego palabras sencillas, imágenes, para lentamente ir desarrollando las bases fundantes de un lenguaje muchas veces, aunque no siempre, descendido.
Para esto el terapeuta se encuentra buscando la mirada y motivación del niño, desde una burbuja, una canción, una cosquilla o lo que fuera. Enseñará y planificará la incorporación paulatina de juegos simbólicos típicos de la edad: desde tomar el te, jugar a los autitos, cocinar, o lo que fuera. Sera una herramienta clave de sociabilización, de aprendizaje, de juego, de interacción y de muchas otras cosas.
En el modelo Jaspers y en la intervención temprana el juego es fundamental. Es el punto de comunicación entre el mundo del niño y el terapeuta. Por eso los profesionales se apoyan en modelos y herramientas apropiadas para la edad del niño, que lo estimulen y que le permitan seguir con rigurosas el avance en áreas centrales de su desarrollo y crecimiento.