La pelota
Uno de los grandes recursos lúdicos por años y en la actualidad es la pelota. Las hay grandes y chicas, deportivas, sensoriales, de fútbol, de vóley, de básquet, de yoga, de ping pong. Las hay de diferentes colores, texturas y peso. Inflables o rígidas. Hay algo en su sencillez que atrapa. Pero también el efecto de que su uso lleva a infinidad de posibilidades, movimientos y resultados. Puedo golpear una pelota y puede llegar a un amigo, fuera del campo o al arco. Puede rebotar y realizar caminos impensados. Puedo sentirla en diferentes partes de mi cuerpo o interactuando con él y llevarme a múltiples sensaciones desafiantes, estimulantes y agradables.
Por tal motivo la pelota, per se, es un gran aliado terapéutico para los padres y profesionales que buscan estrategias sencillas y útiles para jugar, interactuar y estimular a los niños. Puede ser utilizada desde muy corta edad para realizar masajes a los bebés, o cuando ya empieza a manipular y coordinar ambas manos y de ahí para toda la vida en infinidad de posibilidades.
¿Dentro de la terapia que usos se le puede dar y con qué objetivo?
Dentro de la terapia con niños en los que se intenta estimularlos existen diferentes usos con las pelotas que pueden responder a los objetivos psicoterapéuticos según las necesidades y desafíos puntuales de cada niño. También haciendo foco en qué lo motiva.
Masajes: Existen en el mercado diferentes pelotas sensoriales que pueden ser utilizadas como masajeadores de diferentes partes del cuerpo sobre todo para estimular la PROPIOCEPCIÓN, el registro corporal y las diferentes partes del cuerpo.
Pases: Los clásicos pases de la pelota son una estrategia sencilla, lúdica y divertida que posibilita mediante una misma dinámica estimular: El contacto visual, la comunicación y sociabilización, la tolerancia a la frustración, la empatía, la espera, la coordinación visoespacial y la planificación.
Picar: El picar la pelota puede hacerse tanto individualmente como de a dos o de a más personas. El movimiento de la pelota, su idea y vuelta, así como el sonido que genera al picar una y otra vez con el suelo pueden ser muy estimulantes y positivas. Este juego permite trabajar fuertemente la coordinación motora gruesa del niño, la agilidad y la velocidad mental.
Encestar: Aquí vale ponerse creativo puesto que el encestar puede realizarse de diferentes maneras. Se puede jugar a embocar la pelota en un aro fijo o movible. A un tacho, a una bolsa, en lo alto o en lo bajo. Se puede encestar como único objetivo, como parte de un partido o como secuencia de algún recorrido psicomotriz. El encestar fomenta la coordinación viso espacial óculo manual. Las funciones ejecutivas al planificar una estrategia. Y si se hace con otros puede fomentar la interacción social y la comunicación. También la tolerancia a la frustración y el aumento de la valía personal al lograr encestar. Se puede hacer por puntos y trabajar cuestiones de cálculo. Al buscar encestar a tachos con diferentes palabras o pelotas de diferentes colores y trabajar cuestiones como discriminación del lenguaje y visual.
Circuitos: Los circuitos son uno de los recursos terapéuticos más utilizados en sesión cuando tenemos que trabajar y estimular como profesionales. Son diferentes postas que potencian el movimiento, la planificación y el trabajo de diferentes áreas que necesita el niño. Motrices, cognitivos y del lenguaje. Puede incluir desde saltar, pasar por diferentes lugares, seleccionar tarjetas, embocar una pelota y así sucesivamente. El terapeuta selecciona cada ítem según los desafíos a trabajar, las motivaciones del niño y sus capacidades. Un desafío puede ser ir llevando la pelota con una mano sin que se caiga, o picarla tantas veces, etc…
Equilibrio: Las grandes pelotas de yoga son un recurso lúdico y terapéutico utilizado en sesión. Puede fomentar el equilibrio, la propiocepción, lo sensorial, el contacto visual, y muchas cuestiones más.
Es así como la pelota es un recurso sencillo, práctico y muy versátil. Su utilización puede responder a infinidad de posibilidades y objetivos terapéuticos.